miércoles, 2 de septiembre de 2020

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Srivasa Pandita, Un Ejemplo de Devoción y Amor

Nimai se dirigió entonces a Srivasa: “En verdad tú eres mi sirviente eterno. Debido al amor que me dispensas, Yo he descendido en este mundo material. Eres Srivasa Pandita, el comandante en jefe, Senapati de todos mis devotos. Tus sublimes cualidades serán alabadas en los tres mundos. Siempre estarás protegido contra maya, la superintendente de este mundo material. Jamás quedarás sujeto a las ilusiones de este mundo y todos podrán dar testimonio de esta verdad. Tú me has ofrecido todas tus riquezas, tus seguidores, tu cuerpo y tu hogar, y te has sentido muy feliz al servirme amorosamente. Tu presencia en este mundo no tiene otro objeto que facilitar Mis pasatiempos. Tu ejemplo es la educación perfecta para todos los hombres de familia. Sri Nityananda Prabhu y Yo hemos sido atados por tu continuo amor hacia nosotros. Sabemos que percibes un gozo enorme al considerarnos como tus propios hijos. Debido a que no tienes apego por los hijos temporales de este mundo material de creación y disolución, puedes considerarnos como tus hijos eternos. Tu devoción pura nos hace sentir perennemente endeudados contigo, y debido a tu santidad, ciertamente eres merecededor de nuestro agradecimiento”.

Cuando los devotos presenciaron la gracia desbordante que Nimai derramó sobre Srivasa, comenzaron a danzar llenos de júbilo mientras gritaban constantemente con voces profundamente resonantes: “! Jaya Nimai! ¡Jaya Nityananda!” ¡Cuántos sentimientos bienaventurados cobraron vida en el hogar de Srivasa! ¡Qué clase de pasatiempo tuvo lugar allí! No cabe duda de que fue una guerra de sentimientos sublimes en la que hubo intensa bienaventuranza, profundo dolor, y llanto por amor a Krsna.